Sunday, September 11, 2005

Manifiesto Joropunk



Nota: esto no lo escribí hoy....pero es importante, ya que tiene que ver con un grupo que estoy formando, una música que estoy tocando...y además inspiró el nombre de este blog....
En breve, ocurrencias nuevas...
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“hay que escoñetá pa hacé”

Estimados amigos: Aunque la idea es que esta iniciativa se colectivice , he decidido escribir este manifiesto en primera persona singular. No existe un movimiento “joropunk” pero tengo la intención de empezar algo, y en caso de que hay más gente con ideas afines, contactarla. Tampoco espero que me idolatren por ello, pero como todo movimiento se pervierte y pierde sus ideales, seguro algo parecido ocurrirá, aunque es posible que el crédito se lo lleve otra persona.


Una de las intenciones del “joropunk” (joropo+punk) es reivindicar el punk nihilista de los años 70, hoy en día sepultado gracias (o por culpa) del movimiento anarcopunk, que a pesar de ser más “constructivo” ha contribuido, con su seriedad (que contrasta con el humor bobo y hueco del “neo-punk”), a la eliminación de un componente importante del punk original: el sarcasmo. Otra razón para oponerse al anarco-punk es su postura evangelizadora y su monopolio de la verdad. Rechazo esa supuesta verdad, ya que, como nihilista que soy, cuestiono la validez de toda verdad. Tengo mi anarquista interno, pero no tengo derecho a querer imponérselo a los que no son como yo. Es como que un homosexual pretenda que toda la sociedad sea gay.


Por otro lado, sin ánimos de pecar de “patriota” (no creo en el nacionalismo, porque se acerca peligrosamente a la xenofobia), pero reconociendo que tengo una identidad cultural, he decidido tomar elementos de la música folklórica venezolana y transformarla, tal como los punks transformaron al rock´n´roll mediante el ruido y la atorrancia. Se trata de destruir la música tradicional para reinventarla. Al respecto, remitiéndose a Bakunin y al dadá, los punks decían “have to destroy to create”, y yo digo, traduciendo y folklorizando la frase “hay que ´escoñetá pa´hacé”. Esta traducción coloquial puede ser criticada por sonar vulgar y de mal gusto, pero el punk no nació con la intención de ser de “buen gusto”. No es de buen gusto que Jhonny Rotten grite y se le salgan los gallos cuando canta, no es de buen gusto vestirse con ropa rota o usar el collar de tu perro como adorno.


Podrán argumentar mis detractores que exagero al hacer una traducción “populachera” de ese slogan. Podrán decirme que puedo decir simplemente “hay que destruir para construir”. Pero hay que tomar en cuenta que hay más identidad “venezolana” en palabras como “escoñetá”, que vienen de voces ibéricas como “coño”, que han ido modificando su significado original hasta llegar a palabras como “coñaza”, que lejos de tener contenido sexual significan para nosotros “golpiza”. No podemos borrar nuestra historia, pero si podemos usar con orgullo nuestra jerga vulgar venezolana sin vergüenza alguna...la fealdad y la belleza son ideas impuestas socialmente, y es triste que la sociedad venezolana considere “feo” cualquier rasgo que la caracterice. Eso sucede no solo con el lenguaje coloquial, sino con la música popular, que es rechazada sobretodo en la ciudades por considerarse “campuruza”.


Existen quienes si respetan el folklore venezolano, pero ven con espanto el simple hecho de fusionarlo con otros géneros musicales, siendo seguramente para ellos mezclarlo con algo tan horrendo como el punk. No me interesa en realidad. Pertenecen a un nacionalismo conservador y xenófobo. El solo hecho de hacer música desagradable a sus oídos le da sentido a la existencia de algo como el “joropunk“. Me encanta ridiculizar el nacionalismo conservador mediante el ultraje de lo que muchos consideran sagrado. ¡Viva “La arepa ´e chicharrón“!, viva el ultraje musical si mata la ladilla, más si es un insulto a quién se lo merece. A algunos el hecho de mezclar cosas tan contradictorias les causará risa (ya he tenido esa experiencia al mezclar Simón Diaz con trip-hop) pero eso responde más a prejuicios y al hecho de reirse de lo que es diferente porque no lo comprendemos, o porque simplemente les suena “procaz“ mezclar algo tan bueno como la música foránea con lo nuestro. Nos da risa oir nuestra música mezclada con la de afuera porque la de nosotros nos parece peor. También nos da risa porque siempre tendemos a burlarnos de lo que nos parece horripilante, lo cual responde a un criterio subjetivo.


Otro a punto a destacar es que si bién, el punk se basa en armonías de rock´n´roll y pocos acordes a ritmo de 4/4, el punk es una actitud que va más allá de una estructura musical. El punk es humor negro, es arrechera o alegría enfermiza, el punk es ruido y “chaborreo”, el punk es inconformidad. Se puede tener esa actitud en cualquier estilo musical, y de hecho, no es mi intención limitarme por el joropunk, y quiero experimentar con otros estilos además de los géneros venezolanos. También, aunque suene contradictorio, la idea no es conformarse con el “joropo”, que es impuesto en nosotros como “la música venezolana”, sino explorar los géneros de otras regiones de el país para – ¿ya adivinaron? – “escoñetarlos”.


Le doy al joropunk, en caso de nacer, pocos años de vida, hasta que se “putée” y se estanque, hasta que no nazcan ideas nuevas, hasta que se convierta en una colección de clichés predecibles, al igual que pasa con todos los movimientos musicales y artísticos que son renovadores al nacer y se estancan para luego morir, o seguir vivos como zombies. Evitarlo es una necedad. Todo nace, evoluciona y muere. El punk a secas ya tuvo su momento. Que venga el joropunk y se muera. De nada sirve evitar la muerte de nada. Algún día el universo dejará de existir y poco importará si los artistas dejaron obras a la posteridad. Tampoco importará si se hizo música que por comercial y/o mal hecha consideramos una mierda, ya que además de lo que dije anteriormente, Dios (en caso de existir) no castigará a los intérpretes aficionados que salen en T.v.libre (una verdadera ventana al underground nacional) o las divas del pop por hacer “música mala“.


Por último: traduzco y “venezolanizo” el slogan inglés “no future” y lo cambio por “no hay futuro ná” o “¿que futuro va´stá ´biendo ná?”. No hay futuro ná porque todo muere. No hay futuro ná porque todos quieren un futuro distinto basado en su verdad relativa. No hay futuro ná porque aquí la política apesta más que en otros países. Nada de esto es una razón para ser infeliz, sino para vivir intensamente. Dr.Formol*

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