Luis Britto cayó en la tentación totalitaria, y no se dio cuenta
A Luis
Britto García le tengo mucho respeto. Puedo decir, por ejemplo, que
el capítulo dedicado al punk en su libro El imperio
contracultural: del rock a la postmodernidad es uno de los
escritos más serios y acertados que se han escrito en Venezuela
sobre ese movimiento. En el plano literario, su libro Rajatabla
es una obra maestra en la cual se pueden encontrar esas dosis de
humor negro que comparte con su -todavía- amigo Otrova Gomas.
Además, es un hombre que pese a su acervo intelectual y su postura
izquierdista, no tiene problemas en reconocer su gusto por los comics
o el cine de ciencia ficción. Pero Luis Britto sigue militando, 14
años después, en las filas del oficialismo, y es ahi cuando
empiezan nuestras divergencias.
Recientemente
se publicó en la prensa nacional, a manera de anuncio pagado por el
Estado, un escrito panfletario de Luis Britto García sobre el
fascismo. Puedo entender que su opinión al respecto difiera de la
mía. Después de todo, para un liberal fascismo y socialismo son
casi lo mismo, mientras que para un socialista el fascismo es un
derivado del capitalismo. Pero aun así, hay algo que sigo sin
entenderle al Sr. Britto: ¿de verdad cree que el chavismo se está
enfrentando a una oposición facha? Porque de hecho, cuando Luis
Britto habla de fascismo, parece estar hablando de socialismo del
siglo XXI.
Lo opuesto se atrae...sobretodo cuando se parece mucho |
En su
panfleto sobre el fascismo nombra elementos que, a su juicio, son
clave para definirlo. Por ejemplo, el hecho de que el fascismo y el
nazismo tengan un origen minoritario, elitesco. Lo mismo se puede
decir del socialismo, empezando por el mismo Marx que era un burgués.
Además, la mayoría de las revoluciones socialistas (coloquialmente
llamadas comunistas) fueron producto de la acción armada de grupos
minoritarios que tomaron el poder, con intelectuales que nunca
cargaron una cabilla pero se autonombraron “representantes de la
clase obrera”. Excepciones existen: Salvador Allende fue electo
democráticamente con 36% de los votos, lo cual no representa la
mayoría de un país, sino el pedazo más grande de una torta picada
en varios pedazos. Pero además, tratar de hacer un paralelismo con
la oposición venezolana (que según cifras oficiales es de 49%) es
torpe.
El
otro punto importante es el de la alianza entre Estado y capital, lo
cual se supone diferencia al socialismo radical del fascismo en el
plano de la economía. ¿Que tal si hablamos de Gustavo Cisneros, un
multimillonario que no ha sido expropiado ni ha perdido las
concesiones de sus medios de comunicación por tener buenas
relaciones con el gobierno?¿que tal si tocamos el tema de la
boliburguesía, esa élite económica que se ha formado a través de
privilegios estatales?.
El
racismo y la xenofobia son otros elementos característicos del
fascismo, aunque cabe agregar que varían según el país. En el
nazismo patria y raza se confunden, por ejemplo, pero si hablamos de
franquismo, España no es una unidad racial, sino cultural, que se
propaga incluso a hispanoamérica. No por ello deja de ser
chovinista, y la revolución bolivariana, en su afán de luchar
contra lo que llaman “cultura dominante” también es chovinista.
Tratar de crear una identidad homogénea en un país multicultural,
en el cual comerse un perro o una pizza es tan común como comerse
una arepa, en el cual una rubia de ojos verdes es tan común como el
indio o el “afrodescendiente” es otra variante del fascismo.
Otro
aspecto importante es la tendencia que tiene el socialismo del siglo
XXI en buscar la identidad de un pueblo contando una versión
mitificada y parcializada de la historia. Ya nisiquiera se trata de
historias épicas al estilo de Venezuela Heróica, sino de próceres
que lucharon por el socialismo cuando Marx ni siquiera había nacido.
El culto al héroe se exagera al máximo. Las velas y tabacos
encendidos en nombre de Bolívar ahora son religión de Estado.
Pero
hay otro aspecto importante en el cual el Sr. Britto hace enfasis,
sin darse cuenta del error que comete: el aspecto de la violencia. La
violencia no es algo que diferencia al fascismo del socialismo,
porque de hecho, así como el fascismo tuvo sus campos de
concentración y sus masacres ¡el socialismo también!!!. Luis
Britto García parece olvidar las atrocidades de Stalin, Mao, Pol Pot
y el mismísimo Fidel Castro. Muertos que para el escritor venezolano
no deben ser importantes, pues, el fin justifica los medios,
sobretodo si ese fin es algo tan loable como la utopía socialista.
Ese argumento podría ser utilizado por los fascistas a su favor.
¿Acaso Hitler no exterminó gente por su utopía “aria”?. Y no
hablo del culto a la personalidad porque ya el tema se ha tocado
demasiado...
El
Sr.Luis Britto García puede dar clases de historia y de filosofía
política. Puede hacer el esfuerzo por distinguir fascismo y
socialismo, y de paso, justificar la lucha del gobierno contra la
oposición por considerarla fascista. Pero sus argumentos parecen más
bien definir el verdadero nombre del chavismo: Nacional-Socialismo
del Siglo XXI. Aunque los socialistas radicales (o comunistas) a
veces no se diferencian mucho.
1 comment:
Lo cómico de Luis Brito García es que escribe sus anatemas en contra de la burguesía desde su reducto de Santa Marta, en donde vive. Claro, es muy sabroso pontificar desde allí.
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