Tuesday, August 09, 2016

Pensamiento Libertario: lo que es y lo que no es.

Cuando las etiquetas sí son necesarias

Portada de El Libertario, periódico anarquista venezolano.
Voy a empezar este artículo con una frase lapidaria: las etiquetas sí son necesarias. Es bueno luchar contra el dogmatismo. Sacar conclusiones propias producto de la reflexión es algo deseable. Pero una cosa es llegar a esas conclusiones mediante el conocimiento y otra vanagloriándose de la ignorancia. Si algo tengo en común con un marxista como Bertol Brecht es mi rechazo al analfabetismo político. Es un analfabetismo peligroso. Permite votar a los ignorantes, y convierte en sujetos pasivos a quienes podrían hacer activismo político. Quién dice “no tengo ideología y no me importa” no es un libre pensador, es más bien una persona encadenada por su falta de conocimiento.

Esta introducción viene al caso por lo siguiente. Desde hace casi una década me he definido como liberal, usando el término más específico, y quizás redundante de “libertario”. ¿Significa que estoy limitado por mi forma de pensar? No. Sencillamente saqué mis propias conclusiones, y un día me di cuenta de que estaba descubriendo el agua tibia. Antes de eso me sentía como un anarquista clásico (de esos que siguen a Bakunin o Proudhon) pero no entendía por qué el rechazo al capitalismo. ¿Acaso vender chapas, discos independientes de música “punk” o cobrar por hacer tatuajes no es manejar capital? ¿Eran malos los punks que vivían de hacer giras y vender discos por los canales alternativos?¿Tenía que aplaudir a quienes hacían ese tipo de actividades comerciales y se jactaban de no ganar dinero con eso, es decir, auto explotándose? Pero ese no es el tema de este escrito.

No son anarquistas clásicos. Pero creen en las libertades individuales.

Desde hace unos cuántos años, el gobierno venezolano, al cual defino de forma objetiva como la expresión del socialismo autoritario y militarista, ha venido usando en eventos y discursos la palabra “libertario”. Que digan que la guerra de la independencia fue una gesta libertaria no me ofende, aunque quizás a los anarquistas clásicos, seguidores de un tipo de izquierda anti-estado, si. De hecho, he tenido discusiones teóricas con ese tipo de anarquistas clásicos, y mi conclusión es que el término tiene dos definiciones, lo cual hace necesario hablar de “liberalismo libertario” y “socialismo libertario”. Lo que si resulta ofensivo es el uso del término por la gente equivocada.

En español el término “libertario” es oficialmente sinónimo de anarquista clásico. Según el diccionario de la RAE (Real Academia Española) libertario es “aquel que defiende la libertad absoluta, y por lo tanto, la supresión de todo gobierno y toda ley”. Esa definición se puede ver en la misma página de la RAE. En cuanto al otro uso del término, que no aparece en la RAE, se trata más bien de un anglicismo. El término liberalismo, que es de origen español, y nace en tierras ibéricas a principios del siglo XIX, es definido por la RAE como una doctrina que postula la libertad individual en lo social y en lo económico, limitando al gobierno en esos aspectos. Pero en el mundo anglosajón ha pasado a ser sinónimo de un tipo de centro izquierda moderada, principalmente porque organizaciones como el Partido Demócrata estadounidense se han apropiado de la palabra. Por esa razón, allá en el norte, quienes creen en libertades individuales y limitación del gobierno en materia económica (incluso su eliminación) se autodenominan “libertarians” y no “liberals”. Hoy día esa definición de “libertarians” es aceptada en el mundo anglosajón, y el Libertarian party se perfila como la tercera fuerza política en Norteamérica.


Gato por liebre. Su libertad es la esclavitud.


El término “libertario” en español, como sinónimo de un liberalismo económico y moral radical aun no es oficial, aunque cada vez se usa más, y seguramente la RAE lo incorporará a su diccionario. Personalmente, aunque suene redundante, prefiero hablar de “liberalismo libertario”, ya que eso evita confusiones con socialistas moderados y anarquistas clásicos. Pero el término “libertario” a secas no puede ni debe ser utilizado por partidarios de un gobierno el cual, independientemente de si estoy de acuerdo o no con su doctrina o proceder, es el colmo de la intervención estatal. Así como en la novela 1984, de Orwell, el gobierno manipula a sus ciudadanos haciéndoles creer que “La libertad es la Esclavitud” o “La Guerra es la paz” este gobierno de la vida real hace lo mismo. Tal como dije al principio y lo repito: las etiquetas SI son necesarias.

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