Posteriormente se incorporaron las ideas del economista clásico Thomas Malthus, quién en su momento pronosticó un desastre al pensar que la población humana sería mayor que la producción de alimentos. Se puede decir también que tanto Rousseau como los anarco-primitivistas son un antecedente a esa postura hippie-naturalista, no obstante, su posición respondía más a una crítica contra la civilización, pues, no existía esa noción de cuidar el medio ambiente
El capitalismo, enemigo del ambiente |
Con la caída del muro de Berlín y el fin de la guerra fría,
ganada, aparentemente por la democracia liberal, la izquierda se quedó sin
ideas, más allá de la crítica a un “modelo único”. El auge de la teoría del
calentamiento global, una teoría que no tiene nada que ver con la izquierda o
con la derecha, sirvió para satanizar al capitalismo desde otra óptica: este
era productivo, pero también contaminante, y el mundo estaba siendo destruido
por las multinacionales. Se obvió, por supuesto, el impacto ecológico que
tuvieron países como la extinta Unión Soviética.
La izquierda comenzó, entonces, a enarbolar la bandera del ecologismo, y los ecologistas radicales, no necesariamente simpatizantes del socialismo, encontraron con quién aliarse para combatir a un enemigo común: el sistema capitalista.
La militancia comeflor |
Ese ambientalismo radical, unido a un izquierdismo radical,
parece no proponer otra solución que el retroceso. No consideran que el
progreso científico nos beneficie, más bien sirve, a su juicio, para acabar con
el planeta. Combustibles como el etanol no son verdes, pues, impiden que nos
alimentemos con su materia prima. Las vacas aunque no se extingan, son
explotadas cruelmente por el ser humano, y sus excrementos contribuyen al
efecto invernadero.
Pues sí, la ecología política “de izquierda” parece no proponer más alternativas que acabar con lo que el hombre construyó. Al final es resultado de una ceguera ideológica. Pero los ecologistas de izquierda no son los únicos que se equivocan.
Ecología de mercado:
¿la postura liberal?
La llaman ecología de mercado. Es según, sus defensores, una
postura ambientalista acorde a los principios del pensamiento liberal. Pero esa
propuesta ecologista “no socialista” tiene un problema: nació con la finalidad
de contradecir un discurso ambiental “de izquierda”. A pesar de tener
argumentos científicos, su origen tiene más que ver con la política que con la
ciencia.
Un libro interesante pero... |
No es incorrecto cuestionar a los “eco-izquierdistas” por
decir que la contaminación es un mal exclusivamente del capitalismo. Pero
tampoco es correcto decir que la teoría del calentamiento global es un invento
para reprimir a la empresa privada. Es como decir que el Estado nos reprime al
decirnos dónde debemos botar la basura. Ambas posturas son irresponsables.
En todo caso, la discusión acerca del calentamiento global,
si es que aun el tema merece ser discutido, forma parte de una diatriba
científica, no ideológica. Si la política interviene, en todo caso, es para
discutir si el problema se combate más eficazmente desde el Estado o desde la
sociedad civil.
¿Paranoia o Conspiración? |
La contaminación es algo que perjudica a terceros de manera involuntaria. Puede causar enfermedades graves. No es anti-liberal que el Estado intervenga cuando se violan derechos individuales, se supone que en el liberalismo clásico el Estado está para eso. Otra cosa son las posturas de los liberales anarquistas, en las cuales el Estado no existe. Posturas basadas en sociedades quizás más avanzadas, pero también inexistentes.
Adicionalmente, ver a la naturaleza como un mercado libre en
el cual algunas especies llenan el nicho desocupado por otro como si fueran
empresas es interesante desde el punto de vista filosófico, pero no
necesariamente nos habla de algo real.
En todo caso, el impacto ecológico, más que estar emparentado
con un sistema económico, tiene más que ver con una revolución industrial que
arrancó en los países capitalistas, pero que continuó también en los países socialistas.
El sueño de Marx era ver a los obreros apropiándose de esas contaminantes
fábricas, así que no se puede decir que los países de la órbita soviética
aplicaron mal un modelo que también se basaba en el progreso técnico.
Quienes creemos en el liberalismo no debemos creer en una
postura ecologista liberal sólo porque contradice a otra postura ecologista y
socialista. Si alguna crítica debemos hacer a esa postura ecológica de
izquierda es precisamente el haber emparentado la ciencia y la política de una
manera descabellada. Defender una postura política en la cual capitalismo e
industrialización parecen ser lo mismo, es también caer en la defensa de un
modelo de producción caduco que está cambiando, pues, hay nuevas tecnologías
que permiten, por ejemplo, la
fabricación de productos bajo demanda, sin sobre-producción.
Así era en el siglo XVIII, ahora ni te cuento... |
Tampoco la idea es satanizar el concepto de
industrialización. La técnica forma parte de la evolución humana, ha
contribuido a generar riqueza. Lo que se debe criticar es el seguir anclados en
una fase inicial de la era industrial, necesaria como comienzo de un proceso
histórico, pero que a estas alturas resulta obsoleta, especialmente por su
impacto ambiental.
Atacar un modo de producción obsoleto, que genera gases tóxicos y deshechos no implica de ninguna manera atacar la propiedad privada y la libertad individual.
2 comments:
LA NATURALEZA NO SE VA A DETENER ANTE POSTURA NI IDEOLOGÍA ALGUNA ES UNO DE LO MAS GRANDES MOTORES DEL MUNDO EN ELLA RESIDE UN MISTERIO NO ENTENDEMOS AUN, Q NO RESPETAMOS,NO VA A PEDIR PERMISO AL PENSAMIENTO DEL HOMBRE Q LA HA PUESTO AL LIMITE
El hombre vulgar, cuando emprende una cosa,
la echa a perder por tener prisa en terminarla.
Lao Tse
Esta muy bueno ese articulo mi pana, no puedo estar mas de acuerdo contigo, esta politiqueria ecologica entre izquierdas y liberalismo nos podrian dejar sin planeta! Es como ir al baño y ponerse a discutir si el que tiene que agarrar el pipi es la mano izquierda o la derecha, pasaran horas y terminaremos orinando explosivamente mojando todo. jajaja Hay unos cuantos locos en cada bando.
Hay que separar el ecologismo de la politica y actuar en lo que podemos como individuos, crear normativas ambientales coherentes y cientificas y en los casos que sea necesario, forzar a las empresas e individuos a que cumplan esas normativas, pues los ecosistemas son propiedad comun de todos los seres vivos, todos dependemos del medio ambiente. Yo lo veo como si en mi edificio yo tirara la basura por la ventana hacia las areas comunes, casi que inmediatamente me caeria el condominio a sancionarme con lo que el reglamento de condominio dictamina (que en mi caso es un sueldo minimo completo).
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